martes, 1 de diciembre de 2009

LA "JAIMA" DE CANDELEDA





LA CONSTRUCCIÓN DE “LA JAIMA”

Así llamamos el grupo de amigos al hide fijo que hemos construido en tierras de Candeleda, en la finca de un compañero del grupo. La idea partió de José Luis González Grande, uno de los mejores fotógrafos de naturaleza de la época dorada, al que me une una entrañable amistad desde los años 8o, cuando publicamos el libro "Monfragüe, sierra brava".

Para algunos, esta época dorada a la que me refiero, es la anterior a la aparición de la fotografía digital; antes de que existiesen las actuales réflex digitales, con sus grandes pantallas donde poder revisar la foto instantáneamente, sus archivos de 12,5 (y más) megas, con su posibilidad casi ilimitada de disparar, disparar y disparar en ráfagas de tres, cinco, y hasta más fotogramas llenando tarjetas de 16 o más Gbits., sin depender de un carrete de 36 diapositivas que se agotaba en cuanto no separabas rápidamente el dedo del disparador… Entonces, el límite razonable de distancia focal de un teleobjetivo estaba en los 400mm. Hoy día, con la técnica del digiscoping (un telescopio terrestre acoplado bien a una réflex, bien a una compacta digital) se obtienen distancias focales entre 1.200 y 2.000mm., lo que facilita la obtención de primerísimos planos de las aves más pequeñas, o de las más lejanas.

La idea es ambiciosa. Anejo al hide irá un comedero y/o bebedero donde los pájaros de los alrededores entrarán a comer y/o beber cuando se acostumbren. Las especies que se encuentran en los alrededores son muy variadas: rabilargos, herrerillos, carboneros, pico picapino y pito real, mosquiteros, currucas, etc. Pero, además, en la zona pueden verse volar muchos milanos (tanto reales como negros), cigüeña negra, cigüeña blanca, garzas, y es frecuente observar, en la finca lindante alguna de las numerosas grullas que, teniendo su dormidero en el pantano de El Rosarito, pululan por los alrededores buscando comida.

El objetivo es ir cebando a todas estas aves con la comida que, en cada caso corresponda, para acostumbrarlas a frecuentar la zona donde estarán “a tiro” de nuestros telescopios u objetivos.

No sabemos qué resultado vamos a obtener pero, de momento lo hemos pasado genial proyectando y construyendo el invento. El trabajo en común, la incorporación de las ideas que a cada uno se le iban ocurriendo en el momento, las anécdotas que ocurrieron en esas horas, las cervecitas, las comidas frente a la impresionante vista, desde la vertiente sur, del macizo de Grados. En la foto en torno a la mesa, se puede ver, de izquierda a derecha, a las siguientes "personas humanas": Antonio Mora, Julio Ortega, José Luis Gónzalez Grande, Luis M. Cuaresma, Luis Suárez, José Antonio Ruiz y su señora, Lilia y Jesús. En otras de las fotos aparece también Antonio Bellmont, que no pudo estar el día de esa comida.
El proyecto, en general, nos ha hecho pasar unos excelentes momentos. Ahora sólo falta que los pájaros cumplan su parte y que pronto podamos tener imágenes de todas y cada una de las especies que se dejen caer por ahí.

Como las imágenes valen más que las palabras, adjunto fotos de la construcción del evento y de sus circunstancias.

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