lunes, 24 de enero de 2011

Jornada de pajarillos

Por diversas razones, tanto mi amigo Domingo, como Julio, como Antonio, como yo mismo, teníamos muchas ganas de volver al comedero/bebedero de Rafa. Allí, sabíamos que íbamos a encontrar variedad y cantidad de pajaros pequeños, de esos que son preciosos pero que te vuelven loco; van y vienen con rapidez toman un poco de comida y desaparecen tan rápidamente como llegaron.
Todo un reto para algunos que querían probar sus flamente objetivos AF VR. Ahí os dejo algunas de las fotos obtenidas ese día...






Espero que os gusten.

lunes, 17 de enero de 2011

Fin de semana de agua y grullas en Candeleda

El fin domingo día 9 de enero habíamos quedado con J.L.González Grande para entrar en alguno de los hides que tiene instalados en Candeleda. José Francisco, Juanma y Domingo ocuparon el hide de los milanos, mientras Suárez y yo nos quedábamos con González Grande tratando de encontrar grullas por los alrededores.
El día se puso fata; nos cayó lluvia en cantidad y no vimos ni un pájaro en toda la mañana. Sobre las 15,00 abrió algo el sol y pasamos a contemplar desde lejos si a los compañeros del hide les estaban entrando los milanos reales.
Efectivamente, en los chopos detrás del hide había más de 15 milanos reales posados; alguno se daba de vez en cuando alguna pasada para pillar algo de comida, pero no llegaban a posarse en el suelo. Pero los ocupantes del hide se entretuvieron con los rabilargos, las urracas y la cigueñas. Aquí os dejo algunas de las fotos hechas por mi amigo Domingo:






Domingo y yo dormimos en Candeleda y el lunes tempranito González Grande nos llevó al hide de las grullas. La televisión había dado claros y nubes y estábamos dispuestos a hacer buenas fotos. Pero la tele se equivocó. La luz estuvo fatal toda la mañana; no obstante las grullas, si bien un poquillo lejos, entraron. Además de hacerles fotos,  nos divertirnos con sus gritos, sus peleas y sus idas y venidas.






viernes, 7 de enero de 2011

Al prepirineo a por el quebranta

Mi amigo Domingo tuvo la generosidad de invitarnos a Julio y a mí a una sesión de fotos en el hide de Photo-logistics en la zona de Aren, en el límite de las provincias de Huesca y Lérida.

A primeras horas de la mañana ya teníamos a un centenar de buitres dando buena cuenta del alimento. A ellos se unieron pronto dos parejas de cornejas, y, por el suelo pupulaban lavanderas blancas, cogujadas montesinas y pinzones comunes.



A las 8,30h, con apenas luz para que nuestros sistemas de autofoco de nuestras cámaras funcionaran correctamente, llegaron los buitres. No se andaron con contemplaciones... se lanzaron a por la comida con ansia, peleándose entre ellos por las mejores tajadas.



De repente apareció un perro para compartir el festín, les asustó y se dispersaron; pero no fueron muy lejos y una vez que despareció, con una enorme costilla en la boca, fueron volviendo poco a poco y nos ofrecieron muchas oportunidades de hacer tomas en vuelo.



Y, en la tierra, hasta retratos:


 También un cuervo se invitó a la pitanza


Luego llegó un zorro, con una pinta desastrosa; sin apenas pelo en la espalda, lleno de garrapatas y con pinta de estar sarnoso, cogió un hermoso hueso, después de elegir entre varios, y desapareció con él por la derecha, en una vaguada, fuera de nuestra vista.


Por fin, a las 14,24 hizo acto de presencia el quebrantahuesos. Dio varias pasadas en circulo, en uno y otro sentido, por encima del hide, pero en lugar de posarse en el lugar indicado se dejó caer en el lugar donde habíamos visto desaparecer al zorro, sin duda, a coger el hueso que éste había abandonado. Solo pudimos tirarle unas veinte fotos antes de que se quitara de nuestra vista:



En resumen, no fue la jornada ideal (ya que, si se hubiera posado en el sitio donde los buitres habían amontonado los huesos, hubiéramos tenido un ángulo increíble, buena luz y proximidad, pero hay que conformarse con lo que tuvimos.

El remate final lo puso una pareja de milanos reales que estuvieron dando tornos encima nuestro hasta que uno de ellos no pudo resistir la tentación y se lanzó al suelo para recoger alguna migaja.