viernes, 17 de julio de 2015

ISLAS FARNE, BASS ROCK Y BEMPTON CLIFF - I



Sábado 13 de junio. Vuelo Madrid - París, París - New Castle. Traslado de New Castle a Seahouses.


Desde que empecé con esto de la ornitología, la pintura y la fotografía de naturaleza, siempre había tenido un especial interés por esa pequeña ave marina que cría en los acantilados, que tiene el pico de colores (como si fuese un arco iris) y, generalmente, lleno de pececillos recién acabados de pescar en el mar: El frailecillo atlántico (Fratercula artica).

Este año, mi amigo Julio y yo teníamos pensado viajar a Perú o a Ecuador en busca de aves tropicales (tucanes, colibriés, tangaras) pero ante la complicación que encontramos a la hora de buscar vuelos, decidimos cambiar de destino. Me puse al habla con mi amigo Alfonso Micó y bingo: quedaban dos plazas en el viaje que junto con los hermanos Ramos (Rafa y Javier) también viejos conocidos, estaban preparando desde Fototour21 a las Islas Farne y Bass Rock en Escocia, y a los acantilados de Bempton Cliff en Reino Unido.

Me doy cuenta hora, al escribir estas líneas, que mi blog ha estado "abandonado" y que ésta es de las primeras entradas de 2015. Pero este viaje hay que subirlo, no queda más remedio.

La primera etapa comenzó con la llegada a Seahouses, un pueblecito costero de cuyo puerto salen las embarcaciones llenas de turistas (fotógrafos y ornitólogos principalmete) para visitar las Islas Farne. Allí el grupo, repartido, encontró alojamiento en tres casas. Después de descargar el equipaje, subimos a las tres furgonetas en las que os moveríamos durante todo el viaje y nos encaminamos a dar un paseo por el puerto y por unos acantilados cercanos. Aunque eran más de las 20,30 h. pudimos hacer fotografías dado que, en esas latitudes, la luz de junio puede utilizarse para este fin hasta casi las once de la noche.

Barcos en el puerto de Seashouses




Acantilados


Primer avistamiento de fulmar (Fulmarus glacialis)




Integrantes del grupo al borde de los cortados. Hacía viento y fresco, pero se aguantaba el tipo.




Dos nidos de fulmar


Dos intrépidas fotógrafas centrándose en la flora: Carmen y Elena


Una hembra de pato eider en las aguas del puerto. Buscábamos a los machos por sus bonitos colores, pero debían estar en el pub tomándose una pinta, porque no aparecieron. Pobre "Pepeider" qué desilusión se llevó (y el resto también, claro).


La jornada terminó con una merienda-cena en común en una de las casas. Y el fin de fiesta corrió a cargo de J.R. Ribao, que aportó una excelente botella de whisky escocés, como compensación al ligero e involuntario retraso en el programa que causó la pérdida de su maleta en el vuelo Paris -New Castle.



Domingo 14 de junio. Castillo de Alnwik y primera visita a las Islas Farne.


El domingo amaneció un poco nublado, fresco y ventoso. No estábamos seguros de poder embarcar rumbo a la isla pues la mar estaba un poco picada pero al final, aunque con bastante retraso, pudimos hacerlo. A cambio se os permitió una permanencia en la tierra más prolongada, de unas cinco hora que supimos aprovechar.

Para rellenar las horas hasta el embarque visitamos los exteriores del castillo de Alnwik donde pasamos un buen rato haciendo fotos por los alrededores.





Luego deambulamos por el parque del castillo donde pudimos subir a una preciosa casa de madera construida en torno a grandes árboles, que parece ser la segunda casa árbol más grande del mundo (la primera se encuentra en EEUU) y que es un restaurante.

Desembarque de las furgonetas


Restaurante casa de madera


¡Qué ansia fotográfica!


Carmen paseando por las alturas de los árboles


Caseta en forma de pagoda para los patos



Regresamos a Seahouses porque se acercaba la hora en que teníamos que embarcar rumbo a las Islas Farne. La aproximación a las islas ya nos fue preparando para lo que nos encontraríamos al desembarcar: miles de aves marinas iban y venían en un trasiego incesante, del mar a la tierra y viceversa, en unos casos a pescar y en otros a llevar su pesca a tierra firme donde estaban sus nidos.

El día había mejorado climatológicamente y el trayecto no presentó problemas. Incluso había trozos de cielo azul y brilló el sol en algunos momentos.


 


Como presumíamos los primeros en recibirnos fueron los charranes árticos (Sterna paradisaea). Estos pájaros se empeñan en nidificar al mismo bordo del camino por donde pasan los visitantes y luego se muestran muy enfadados cuando se acerca uno a sus nidos; llegan incluso a posarse en los gorros y los objetivos de los fotógrafos. A José Ramón Ribao, llegaron a darle un ligero picotazo en la nariz!





Superado el primer contacto con los charranes, empezamos a ver frailecillos a lo largo del recorrido. El frailecillo atlántico (Fratercula arctica) nidifica por miles en estas islas y, en general, en todo el litoral de Escocia, Irlanda y Reino Unido. Simpático como ninguna otra ave se hace querer de los fotógrafos y observadores de aves por el bonito diseño de su pico, su librea blanca y negra y, sobre todo por su forma de andar por tierra y la rapidez con la que vuela. Cuando llegan a tierra después de pescar, con un manojo de peces en su pico, tienen que dar esquinazo a las gaviotas, sobre todo a las reidoras, que les esperan como piratas para robarles su pesca. Esto hace que, de forma natural, crezca, por nuestra parte, un sentimiento de solidaridad y simpatía con ellos.










Otras especies presentes en las islas son el arao común (Uria aalge), el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) y el alca común (Alca torda).

Araos comunes


Cormorán moñudo


Alca común


Una vez tomamos contacto con casi todos los habitantes de la isla fuimos centrándonos en conseguir algunas fotos más o menos ilustrativas de su hábitat, de su comportamiento:

Grupo de alcas comunes


Frailecillo

Gaviota argéntea

Grupo de araos comunes


 Retrato de cormorán moñudo


Gavión atlántico


Gaviota reidora



También los pacíficos frailecillos tienen sus peleas territoriales y sus momentos de cariñosos encuentros:


La jornada de hizo muy corta enfrascados en la tarea de ver dónde dirigíamos nuestros objetivos, ya que los motivos y las oportunidades eran muchas y se sucedían con rapidez. Al final, sobre las 18 horas embarcamos de nuevo rumbo al puerto de Seashouse. 

Llegamos cansados y excitados por tantas emociones, pero el grupo aún quería más y aunque algunos optaron, sensatamente, por continuar hasta Beadnell y descansar en las casas, otros decidimos quedarnos en el puerto a ver si había suerte y podíamos fotografiar algún macho de eider común. No hubo suerte con los machos; solo acudían hembras con pollos ya crecidos y gaviotas.

Hembras y pollos de eider común




Gaviotas reidoras



Por fin, sobre las 21,30 horas, cansados ya de hacer fotos a hembras de eider y a gaviotas reidoras, emprendimos el camino de casa; cena rápida, descarga de tarjetas y a la cama, para afrontar con algo de fuerza el programa del día siguiente.


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