Os dejo unas fotos de la sesión, a ver qué os parecen.
La mañana se nos hizo un poco pesada. Había poca "chicha" y a primera hora los milanos casi terminan con ella llevándose trozos sueltos en pleno vuelo. La garza apareció muy lejos pero ni rastro de las cigueñas ni de otras especies. Un quejumbroso milano negro nos tenía taladrados los tímpanos con sus piídos; el calor aumentaba y por allí "no aparecía nadie". Comimos el acostumbrado bocata sobre las 14 horas; dimos una ligera cabezada, y a las 15,27, llegó, como una exhalación, un buitre leonado y se dirigió directamente a la comida. Inmediatamente detrás llegaron diez o doce más de su especie, un buitre negro y dos alimoches uno inmaduro y otro adulto. La sesión estaba salvada.
Sólo nos quedaba esperar a las 17,30, hora convenida en que vendrían a recogernos para llevaros al hide del elanio (después de estirar la piernas y refrescarnos un poco).





Y por la tarde, el de los ojos granates llegó a su posadero sin hacerse de rogar. Verle a través del visor de la cámara es una experiencia que todo amante de la la naturaleza deberían poder disfrutar. Desde las 19,15 hasta las 21,30, pudimos disfrutar de dos o tres entradas del macho y de otras tantas de la hembra.

Las dos últimas fotos no tienen la misma calidad que las otras ya que están tomadas en un ángulo muy sesgado, a través del cristal-espía del hide, y, en estas condiciones se pierde un poco de nitidez. Además, como puede apreciarse, tanto el elanio atacado por el cernícalo, como el que lleva la rama en el pico, estaban un poco lejos. Pero me gusta enseñarlas porque son parte de la vida cuotidiana de esta pequeña pero bella rapaz.
Saludos a todos, amigos.