He podido pasar una semana en Matalascañas. El plan era hacer muchas visitas a las zonas de Doñana donde más y mejores bichos pueden observarse. Sin embargo, este año, con muchísima agua en todas partes debido a las generosas lluvias, el bicherío estaba muy desperdigado. La marisma de El Rocio, donde muchas veces he fotografiado a corta distancia moritos, espátulas, flamencos, patos y, según la época, limícolas, presentaba un aspecto desolador para los observadores de aves: sólo algún bando de flamencos, bastante lejos y poco más.
Pero sí pude disfrutar de las vistas de la ermita de la Virgen de El Rocio a la luz del atardecer y de la belleza de las yeguas marismeñas con sus potrillos pastando y avanzando por el agua, a pocos días de empezar la tradicional romería.
La visita al Centro de Visitantes José Antonio Valverde guiados expertamente por los amigos de Doñana Nature, buenos amigos y expertos guías de la zona se saldó con algunas de las mejores fotos que puede obtener en este viaje:
Y también tuve oportunidad de darme un paseo a lo largo del espigón de Huelva, en la zona de las marisma del Odiel aunque, también en este caso, con resultados más pobres que en otras ocasiones, a pesar de que la visita la realicé en horas de marea baja, que, supuestamente, es cuando mejores observaciones se obtienenen.
Especialmente contento quedé con algunas fotos en vuelo del cauto y tímido avetorillo en las lagunas a la entrada de las Salinas, en la carretera que conduce al espigón.
Esperaremos ya a la época de invierno para hacer otra visita en la que mi principal objetivo serán los ánsares que vendrán a pasar el invierno en Doñana...