Quiero también dar las gracias a esos amigos que habitualmente me rodean y me acompañan "a disfrutar del campo" porque con ellos he pasado muchas y muy agradables horas. No hace falta dar nombre, ellos saben quiénes son. ¡Y cómo no, agradecer también a esos animalillos alados, a los que trato de fotografiar en cada salida, la belleza que me han ofrecido con sus plumajes, sus poses, sus comportamiento!
Este año he podido cumplir un sueño de años: fotografiar detenidamente al quebrantahuesos y extasiarme con su vuelo, con su increible colorido y con sus hábito alimenticios:
Y, entre col y col, lechuga; una real que entró como una exalación imponiendo su autoridad y se quedó sólo un instante, lo necesario para "llevarse" dos ráfagas (unas 12 fotos) y un buitre negro, especie no muy habitual en el Pre-Pirineo:
Entre los pequeños, mención especial y medalla de oro del año para nuestro "chochín colaborador" (éste ha pasado ya la barrera de "los tontos"):
Y, en su territorio, también he lidiado con el peti, con los reyezuelos, con el capuchino...
Como decían en una conocida serie de dibujos animados: "Eso es todo, amigos". ¡Vamos a por otro año!