DOÑANA, EL ODIEL Y ANDUJAR

Seguimos con las entradas para actualizar mi periplo de enero...

Los días 25, 26 y 27 de enero los dedicamos (Domingo y yo) a las marismas de Doñana y al espigón de Huelva (Marismas del Odiel).

El tiempo no acompañó lo más mínimo; llovía, y, aunque no hacía frío, el tiempo estaba desapacible. Todo un día carrileando por los caminos, llegando incluso al Centro de Interpretación José Antonio Valverde (el Cerrado Garrido, para los antiguos) dieron poco fruto. Quizá, lo más llamativo fue la pareja de lechuzas, la campestre y la común, y un colirrojo tizón en plumaje nupcial que hicimos detrás de las cristaleras de la cafetería del Centro. Una cernicalilla "tonta" nos dio también la oportunidad de inmortalizarla.

Una visita obligada a mi amigos Maribel y Plácido, en la Cañada de los Pájaros, nos permitió hacer algunas fotos de especies interesantes en semilibertad.

El espigón de Huelva, nunca defrauda; sobre todo cuando la marea está baja. El problema es que las fotos hay que tirarlas desde el coche, en una posición elevada con respecto a las lagunas y la playa, y eso no favorece particularmente el punto de vista. El día ya estuvo muy soleado, lástima no haber tenido un tiempo igual en El Rocío.
Allí disfrutamos de correlimos, algún ostrero, cormoranes, gaviotas, garzas, garcetas, espátulas, agujas, y lo que más me gustó de todo: un chorlito gris.

Un recorrido por la zona de Isla Mayor nos permitió observar que las aves se concentran donde hay comida; mientras los tractores "fangueaban", eran perseguidos por cientos gaviotas, garcillas, garcetas, cigueñas, etc. También pudimos observar varias cigueñas negras, muy esquivas, que volaban en el mismo momento en que deteníamos el coche.
Una observación interesante fue ver a un águila imperial adulta (que parecía llevar un transmisor a la espalda) atachar y expulsar de la zona (se trataría de su territorio) a otra inmadura. Lo peor fue que estaban a mucha distancia para fotografiarlas...

La llegada a Andujar el día 27 volvió a depararnos mal tiempo. Lo bueno fueron los amigos que allí nos reunimos. Resultados fotográficos escasos (aunque alguno tuvo la gran suerte de pillar bastante bien a la nutria) pero fueron dos jornadas inolvidables.

Eso fue todo lo que dio de sí la excursión... Saludos para todos.