El pasado 16 de diciembre, jueves, tuve la gran suerte de que entrase una imperial joven a la carroña que habíamos preparado en GRENEXTREMADURA para unos clientes y amigos.
Pues bien, esa suerte volvió a sonreírme el miércoles día 29. Para empezar, la mañana estuvo muy entretenida. Entre una garceta grande que se dejó caer en la charcha, a pocos metros del hide (ver retrato que pude hacerle), hasta unos rabilargos que estuvieron yendo y viniendo pillando comida en el suelo, pasando por un par de milanos reales que daban vueltas y vueltas sobre nosotros, pero no se atrevían a posarse. El complemento fueron unos estorninos y una lavandera blanca nos alegraron esas horas.
GARCETA GRANDE
RABILARGOS
LLEGADA DE LOS BUITRES
De igual forma que ocurrió la vez anterior, cuando menos lo pensábamos, cuando ya los buitres estaban en el suelo esperando el momento de decidirse a “atacar” a la oveja, llegó volando, de forma rápida y silenciosa, una imperial, también inmadura. Se encaramó a lo alto de la encina, y allí estuvo un par de minutos, contemplando el panorama y juzgando si sería oportuno dejarse caer al suelo para recoger alguna vianda; pero los milanos reales no estaban dispuestos a aguantarla. La dieron un par de pasadas y tuvo que marcharse sin su premio.
LA REINA DE LA DEHESA
Seguro que la volveremos a ver, lo que no sabemos es cuándo.